Hace mucho que no publico un nuevo post, la verdad es que últimamente ando muy ocupada y apenas me queda tiempo de subir cosas al blog.
Hoy quiero compartir con todos unas nuevas galletas que he hecho.
En esta ocasión se trata de galletas decoradas con fondant impreso.
Hace ya algún tiempo que vi que Julia, de Postreadicción tenía disponible un curso a distancia de fondant impreso. Me hubiese gustado mucho más acudir a uno de sus cursos presenciales pero por ahora es casi misión imposible, asís que me animé a hacer el curso a distancia.
Esta es la imagen del blog de Julia con las galletas que hay que hacer en el curso
Si os interesa el tema os recomiendo visitar su web y ver el curso. Es muy baratito y Julia es encantadora y te da toda la información necesaria para hacer las galletas con fondant impreso. El sistema es bastante sencillo y el resultado es inmejorable. Todo el mundo se queda sorprendido por lo bonitas que son las galletas...da pena comérselas.
Aquí os muestro las fotos de las galletas que yo he hecho. Aún no he podido terminarlas todas (me faltan las que llevan glasa y fondant). Como veréis hay más cantidad de galletas que las que trae el curso. El motivo es porque aproveché para hacer galletas para el cumpleaños de mi peque. Y es que Julia te da la posibilidad de comprar fondant impreso con los diseños que ella tiene disponibles o con los diseños que tú la envíes.
Como ya os he comentado podéis hacer vuestros propios diseños y Julia os los imprime en fondant comestible. Luego sólo tienes que recortar y pegar en tu galleta con un poco de mantequilla.
Estas son las galletas que hice para el cumpleaños de Adrián. Como le encanta Caillou tenía claro que las galletas de su cumple tenían que llevar su foto.
Las galletas han encantado a todo el mundo. Muchos de los invitados al cumple se las llevaron de recuerdo. Respecto al sabor del fondant impreso debo decir que en mi opinión no es tan rico como otras decoraciones pero no está mal y la verdad que el resultado es muy bonito.
Os animos a todos a poneros manos en la masa porque merece la pena.
